El reto de la digitalización y la sostenibilidad creará una brecha entre los puertos europeos
La carrera de la digitalización y la sostenibilidad ha llegado a las infraestructuras portuarias, y los puertos europeos compiten para asegurarse una posición de liderazgo en el futuro. Las autoridades portuarias han abandonado su rol tradicional de simples gestores de infraestructuras y asumen cada vez más funciones para desmarcarse de la competencia con servicios de valor añadido.
Si hasta ahora la autoridad portuaria ejercía funciones de control, vigilancia y patrulla para garantizar la seguridad de las operaciones de buques y carga, en un futuro próximo tendrá que hacer frente a la regulación de drones y buques autónomos, de combustibles renovables y de ciberseguridad. La actividad de los puertos es cada vez más compleja.
Sólo los grandes puertos podrán apostar por la digitalización
Sin embargo, el último estudio de la European Sea Ports Organization (ESPO) y Deloitte apunta a que el alto coste de mantenimiento de las plataformas tecnológicas limitará el número de enclaves que se pueda permitir su adopción a gran escala.
Según el informe, algunas innovaciones tecnológicas básicas como las gestiones sin papeles sí que van a implantarse como estándar en el sector, pero las grandes plataformas high-tech con tecnología IoT (Internet of Things, o Internet de las Cosas) no serán la norma en todos los puertos. Entre los inconvenientes destaca el alto coste de desarrollo, implementación y mantenimiento de estas infraestructuras digitales en comparación con una infraestructura portuaria tradicional.
Por este motivo, el informe de la ESPO y Deloitte augura que solo los puertos de gran tamaño podrán apostar al máximo por las herramientas más innovadoras.
Energías renovables, un reto añadido
Esta misma brecha entre los puertos que podrán permitirse realizar este tipo de inversiones y los que no también se aplica al ámbito de las renovables. Por ejemplo, la electrificación de los muelles o la instalación de redes de hidrógeno, donde el retorno de las inversiones para las autoridades portuarias es lento e incierto.
“Habrá nuevos ganadores y perdedores: mientras algunos crecerán exponencialmente por su mejorada posición en este segmento, otros podrán perder cuota de mercado”, advierten desde ESPO y Deloitte.
Así, las renovables se presentarán como una oportunidad y, a la vez, una amenaza. Por una parte, los puertos europeos podrán captar nuevos tipos de carga y mejorar sus sinergias en el ámbito de la economía circular. Por otra, el modelo de ingresos tradicional de muchos puertos, basado en grandes cargamentos de combustibles fósiles, se encontrará cada vez bajo más presión. Según ESPO, este tipo de tráfico supone más de la mitad del tráfico del 25% de los puertos europeos.
Nuevas sinergias entre los puertos
Aquellas infraestructuras portuarias dispuestas a afrontar las crecientes complejidades geopolíticas, tecnológicas y de transición energética tenderán a cooperar entre ellas para compartir sus conocimientos y mejorar su posición competitiva. Esta cooperación puede tomar muchas formas, desde un simple acuerdo hasta una fusión total.
También la tendencia a la concentración naviera y los cada vez más frecuentes procesos de integración horizontal y vertical en las supply chains serán un acicate para cooperar con otros stakeholders o fusionarse con autoridades portuarias vecinas para conseguir una posición de mercado más fuerte.
En este sentido, los puertos europeos son muy diversos en funciones y características. Esto permite una especialización regional y facilitará las sinergias.
Más flexibilidad
El impacto de la pandemia del COVID-19, combinado con las transiciones digital y medioambiental y el cambio político global suponen una transformación inevitable para los puertos europeos, que se encuentran actualmente en una encrucijada.
Los expertos advierten de que el modus operandi de los puertos de planear a largo plazo se encuentra en peligro. Para alcanzar una mayor flexibilidad, el estudio señala la necesidad de agilizar las normas de licitaciones públicas, autorizaciones y mecanismos de financiación, así como que se respete una autonomía suficiente para los puertos.
Pese a todos estos vientos de cambio, desde ESPO puntualizan que la esencia de los puertos permanecerá inalterada y que su actividad principal seguirá siendo gestionar, crear y optimizar las infraestructuras para el desarrollo comercial, la seguridad en la navegación y la gestión de clústers. Eso sí, cambiará la forma de trabajar, pues las innovaciones tecnológicas permitirán optimizar las operativas, identificar activos infrautilizados o incrementar la seguridad, entre otros.